Chile vive cambio de hora dos veces al año, y este sábado ocurrirá uno de ellos. A las 23:59 horas, los relojes deberán atrasarse 60 minutos, comenzando oficialmente el horario de invierno. Pero, ¿sabías que este cambio puede tener consecuencias en el organismo?
Según explica el doctor Alberto Vargas, neurólogo de Nueva Clínica Cordillera, las alteraciones se producen porque se interrumpe el ritmo circadiano natural. “Este es el ciclo biológico interno que regula el sueño, la vigilia y otros procesos fisiológicos en un período de alrededor de 24 horas”, dice.
Cuando se interrumpe este proceso, comenta el especialista, pueden presentarse efectos que van desde trastornos del sueño, como dificultad para quedarse dormido o despertar temprano, a la sensación de fatiga, ánimo irritable o cambiante y falta de concentración.
“Nuestro organismo necesita tiempo para hacer el ajuste interno al nuevo horario: no es tan sencillo como el cambio en el reloj. Más aún, si se produce una diferencia significativa en las horas de luz”, sostiene.
No todos los organismos son iguales y a algunas personas les toma más tiempo acostumbrarse al nuevo horario, mientras que otras no sufren ninguna consecuencia.
Los adolescentes duermen más, en general. Los adolescentes duermen más, en general.
También, los horarios de sueño van cambiando conforme avanza la vida: por ejemplo, mientras es común que los adolescentes duerman mucho, los adultos mayores generalmente manifiestan dormir “cada vez menos”. De todas formas, según el doctor Vargas, “se estima que puede tomar hasta un par de semanas acostumbrarse al nuevo huso horario, siendo más fácil ajustarse al de invierno”.
En tanto, personas con enfermedades como cefaleas, migrañas, trastornos del sueño preexistentes o epilepsia, pueden sufrir más aún con el cambio de horario. “Debido a la sensibilidad de estos trastornos neurológicos a los cambios en los patrones de sueño, al estrés y a otros factores relacionados con el ciclo circadiano”, precisa el neurólogo.
Tal como cuando los niños vuelven al colegio y es necesario reeducar sus hábitos de sueño, acostumbrados a los desvelos del verano y los despertares tardíos de las vacaciones, para enfrentar el cambio de horario se recomienda mantener un orden en las rutinas.
“Ojalá mantener un horario regular para dormir, ajustándose gradualmente -si es necesario-, para que el cambio no sea tan evidente”, comenta el especialista.
